Me gustas más rota que cuando te arreglas.

Me gustas más rota que cuando te arreglas.

martes, 16 de diciembre de 2014

07

   Me han dicho que escribirte me vendría bien y bueno, aquí estoy, aunque no tengo muy claro por dónde empezar. ¿Sabes? Te echo de menos, muchísimo. Se me hacen muy largos los días y muy duro llegar a casa y que no estés. Es muy duro contarte mis cosas y no obtener una respuesta tuya... Ya sean palabras de ánimo o regañinas. Y ya no palabras... Echo mucho de menos tus abrazos y tus besos. Y despertarme y poder darte los buenos días, e irme y comerte a besos, y volver y darte más besos y antes de dormir más besos todavía. Es muy duro ver tus fotos y se me hace insoportable no tenerte a mi lado. Desde que tú te fuiste han pasado muchas cosas... Y hubiese dado lo que fuese porque tú estuvieses a mi lado para ayudarme. Nunca me había imaginado que esto pudiese llegar a pasar... Nos pilló de golpe a todos y ha sido un impacto muy duro. Muchas noches sueño contigo y a veces sin querer te llamo como si todavía estuvieses, pero no... Me torturo todos los días pensando en los 'te quiero' que no te he dicho e intento decírtelos constantemente... Cuando te vi tumbada, tan frágil... No puedo explicar qué pasó por mi cabeza en ese momento, sólo se que el tiempo se ralentizó de manera exagerada, aunque por dentro supiese que cada segundo que pasaba era imprescindible para ti. Cuando tú ya no eras tú yo me quise morir.. Me dolía tanto verte así... Y una parte de mí siente que la culpa es mía, por no haberte ayudado cuando pude, cuando aún estabas bien... Cuando ya estabas muy mal deseaba que todo fuese una pesadilla y que pudiese despertarme cuanto antes... Pero no, la pesadilla fue real y todo aún no ha terminado... Sólo acaba de empezar... Echo mucho de menos tu sonrisa, y que todas las noches te quedases un ratito más conmigo contándome historias. Echo de menos estar en la calle y que me hables por whatsapp, y yo vacilar contigo diciéndote que eres peor que los de la placa... Muchas veces no me doy cuenta y voy a escribirte algo por whatsapp, pero cuando leo el nombre vuelvo a mí y me doy cuenta de que esta nube en la que vivo es una simple evasiva mía... Cuando la gente me pregunta que cómo estoy siento un nudo en el estómago y me cuesta hasta tragar saliva, aunque ya sabes que eso de disimular siempre se me ha dado muy bien y nadie se da cuenta de lo que pasa por mi cabeza. Así que yo simplemente evito el tema y sonrío pensando que "así es la vida". Cada día se hace más cuesta arriba y poco a poco soy más consciente de que no estás y ya no vas a volver a estar más que en mi cabeza y en las de los que te quieren. Hay gente que dice que no hay que vivir para que se note tu presencia si no para que se sienta tu ausencia... Y tú has conseguido las dos... La gente se preocupa por mí y yo no quiero eso, yo quiero que todo siga igual, porque me miran con pena, con lástima, y eso no me gusta, ya sabes que nunca me ha gustado, igual que nunca he dejado que nadie mas que tú me ayude y ahora todo el mundo quiere estar encima de mí... Y yo me agobio, pero no sé cómo decirle a la gente que no necesito ayuda, que no necesito consejos y que no necesito que sientan pena por mí, nadie entiende que lo único que necesito es a ti. Y no te tengo. Y hay algo que me está consumiendo por dentro poco a poco. Hay veces que sonrío pensando en cómo cambió nuestra relación. También me torturo muchas veces pensando lo mal que me he portado contigo, aunque luego lo cambiase y nos terminásemos llevando tan bien. Aunque nunca te lo dije, siempre que salía de casa y te diese un beso era "por si acaso", y mira... Mucha gente se preocupa por mí y yo lo agradezco pero no me gusta. No puedo superar algo si la gente no te menciona con normalidad, y no me agobia a preguntas ni me reprochan que me ría y que no haya caído en depresión. Tú más que nadie me enseñaste a ser fuerte todos los días y siempre conseguías que me riese, aunque eso conllevase que antes me enfadase contigo. Estoy demostrándote que soy fuerte y que puedo con ello, aunque es duro y a veces dudo si realmente soy capaz de superarlo. Siempre he buscado que te sintieses orgullosa de mí, y después de todo sigo intentándolo, y sé que estés donde estés, lo estás. Y que desde allí nos cuidas a todos. Pero esto no me gusta, ha sido todo muy rápido y muy duro, y no tenía que haber sido. No entiendo por qué desde el primer momento tuve la sangre tan fría y supe qué hacer, y por qué hoy por hoy sigo comportándome así. Me estoy volviendo distante, evasiva y bastante fría. Creo que si hago que los demás piensen que estoy bien, van a dejar de tratarme así, y yo voy a poder llevarlo de una manera mejor. Quiero que sepas, que aunque no te lo haya dicho, te he querido, te quiero y te querré con locura. Y que una persona no desaparece hasta que no cae en el olvido de todas las personas que la conocían. Y tú, nunca vas a caer en el olvido.

viernes, 28 de noviembre de 2014

No es "pienso, luego existo." Es pienso, luego lloro y sólo sufro.

   Y de repente, zas. Toda tu vida cambia, todo tu mundo se desvanece y te encuentras sola ante algo totalmente distinto. ¿Cómo reaccionas? No sabes qué hacer, ni qué decir, no sabes si quiera cómo te encuentras. Te empiezan a faltar cosas totalmente indispensables en tu vida, y te van faltando cada vez más, y esas faltas cada vez perduran más y más... Y te agobias, y cada vez tienes más responsabilidades, y tu cabeza ya no da para más, pero aún así te fuerzas, te fuerzas a seguir, a sonreír, a disimular... Te limitas a cambiar de tema constantemente pero de una forma disimulada, y si tienes que hablar sobre ello intentas hacerlo con una sonrisa en la cara o mirando al suelo.

Mi mirada perdida, mis ojeras ocupándome media cara, mi sonrisa falsa, mi cuerpo cada vez más delgado, mi personalidad más susceptible, más evasiva... ¿Sigo siendo yo? He perdido muchas cosas. Muchas cosas importantes y no materiales como un libro, o unas llaves. He perdido muchas personas. Muchas personas que eran las que hacían que mi vida fuese estable, que yo pudiese soportar presiones y que confiaban en mí. Ahora esas personas no están. Quedan otras, sí, pero no es igual, las personas que quedan no me conocen, no saben cómo me siento en cada momento y se creen hasta el último "estoy bien" que sale de mi boca en un suspiro. No saben si miento, si digo la verdad, no saben si sonrío de verdad o es una sonrisa fingida. No saben cómo me comporto en cada momento, ni cómo soy realmente, por tanto no saben cómo tratarme. Por otro lado, yo tampoco quiero que me traten. Las únicas personas que me han conocido realmente ya no están a mi lado y ya todo lo demás no me importa. Por razones x todo ha cambiado. Y los cambios tan bruscos me agobian, me estresan y hacen que caiga en un vacío emocional constante. O quizás no, quizás lo único que siento es pena; pena por mí, no por ellos. Pena en general, pena por las pérdidas, por la situación. Yo intento seguir mi vida y seguir como antes, siendo yo, con mis más, mis menos, pero siendo yo. El problema es que ellos eran mi vida. Y ya sólo tengo menos. Y ya no soy yo. Por culpa de la puta vida estoy sacándome un máster en teatro, y de momento llevo matrícula de honor. La última persona que se fue me dijo que no me metiese en líos, la anterior que me cuidase, y la anterior ni siquiera pudo despedirse. Y yo quería visitar Venecia, y ahora Venecia en mis ojos y en mi habitación.

miércoles, 12 de marzo de 2014

A veces creo que, de no soñar, hace tiempo que estaríamos muertos.

Que lo que yo quiero es quemarme con el café contigo por la mañana, y que me abraces por la espalda al despertar mientras me das un beso y luego dices que todo irá bien y yo sonrío al pensar que no necesito que las cosas vayan de otra forma. Que lo que yo quiero es que me cojas de la mano por las calles de la ciudad y que nos perdamos, o nos encontremos, o que crucemos semáforos en rojo juntos. Y también quiero mirarte y que sin palabras nos entendamos, y contártelo todo y que me lo cuentes todo. Y que por la noche nos duchemos juntos mientras desafinamos cantando alguna canción. Y hacerte para cenar tu plato favorito, y terminar haciéndote el amor después, como postre. Y que te quedes luego a dormir, y que en invierno nos peleemos por quién tiene más manta. Y que lleguen los domingos y no sean aburridos,  y que ningún día de la semana sea duro si lo termino estando a tu lado. Que lo que yo quiero es un poquito de sentido en mi vida, alguna razón para creer que merece la pena seguir, ya sabes. Y que pasado el tiempo lleguemos a ser lo más bonito que hayamos tenido; algo por lo que merezca la pena morir. Y pasarnos las noches de verano mirando las estrellas. Y yo te digo muy bajito que gracias por existir, y por haber llegado, y por quedarte, a pesar de todas las razones para irte. Y no sé, algo así es lo que quiero, y resulta demasiado bonito.

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Sabes esos días en los que todo es perfecto? Yo tampoco.

Hoy es uno de esos días en los que sólo necesitas que alguien te abrace, quien sea, pero que no te suele por mucho tiempo y deje que llores abrazado a esa persona. Hoy es uno de esos días en los que todo se te empieza a amontonar y tu cabeza parece que va a explotar dentro de poco. Hoy es uno de esos días en los que sólo quieres llorar, llorar durante horas, hasta quedarte seco. Hoy es uno de esos días en los que estás irascible, susceptible. Todo te molesta y no quieres hablar con nadie, aunque realmente sabes que si no lo haces puede ser peor. Hoy es uno de esos días en los que estás enfadado con el mundo, contigo mismo, y con cualquier cosa que esté a tu alrededor. Hoy es uno de esos días en los que sería preferible estar aislado, sin nada, solo tú y tus pensamientos. Hoy es uno de esos días en los que no puedes más...